viernes, 8 de agosto de 2008

Wall-e, o la belleza no tiene palabras






Wall-e es de esas pelis con una factura casi perfecta. Y digo lo de "casi" porque, hurgando mucho, quizás en una segunda o tercera visión, siempre habrá quien le ponga algún pero. El único que le puedo poner yo es que, y no lo critico (simplemente hubiera preferido que no fuera así), se sale de la línea habitual de las películas de Pixar.
La película entretiene, gusta, emociona... pero es más adulta y seria que sus antecesoras. Cuando uno va a ver una peli de Pixar espera reírse tanto como lo ha hecho con TOY STORY, NEMO, INCREIBLES o CARS. Pero no es así. Tiene sus puntos cómicos, pero no tanto. Por eso, cuando vas con niños de 4 ó 5 años, te das cuenta de que les gusta, pero que no acaban de entrar en una historia de amor tan "adulta", donde priman los detalles visuales sobre unos diálogos casi inexistentes.

Aun así, como digo, la peli es estupenda, y de una belleza absoluta en la mayoría de sus planos. Entretenida. Muy recomendable.
Pero... ¿Por qué tenía que parecerse tanto el protagonista a E.T. y NÚMERO 5? Y que no nos vengan ahora con lo de que es un homenaje... porque a estas alturas eso ya no cuela.

No hay comentarios: